Además, en un día en el que los inversores han podido elegir entre la deuda española y la francesa y en el que los inversores tenían muy presente el anuncio de Rusia de que no comprará bonos de Irlanda y España, la demanda se ha mantenido en los mismos niveles que en agosto. La ratio de cobertura (número de títulos vendidos en relación a los solicitados) se ha situado en 1,6. A principios de julio, con la rentabilidad de los títulos con vencimiento en 2016 en el 3,72%, la demanda se sitúo muy cerca, en 1,7 veces.
Tras las convulsiones en los mercados de deuda soberana que causaron los problemas financieros de Grecia y que llegaron a su cénit en el segundo trimestre, España se distanció en verano del resto de países señalados por los inversores por su excesivo déficit, un grupo que completa Portugal. La gasolina que le permitieron el derramaje del Estado del pelotón de cola de la eurozona fueron las pruebas de resistencia a la banca, que dejaron en buena posición al sector español, la reestructuración de las cajas, señaladas como el punto flaco del sistema, y el compromiso que demostró el Gobierno con los objetivos de recorte del déficit al aprobar los impopulares recortes de gasto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario