domingo, 12 de diciembre de 2010

Una de pesca

Quizá si supiesen los problemas que iban a tener derivados de la veda de la cigala en un área de Gran Sol, a los pescadores no se les hubiese pasado por la cabeza siquiera proponerla. Porque fue idea suya, del propio sector. Los patrones de los barcos que faenan en esas aguas al oeste de Irlanda se percataron de que, entre mayo y julio, en el banco de Porcupine -donde faena la flota gallega-, abundaban las hembras de cigala ovadas. Por eso creyeron conveniente proteger a las crías de la especie con una veda temporal y así se lo sugirieron a la Comisión Europea. Bruselas hizo suya la propuesta, pero ampliada: planteó cerrar el caladero todo el año para el arrastre de fondo, con lo que la cigala capturada tendría que ser devuelta muerta al mar. Esgrimiendo ese absurdo, los pescadores consiguieron convencer en diciembre pasado a los 27 de que no era necesario cerrar doce meses la zona y que con tres sería suficiente, como quedó estipulado.
Poco tiempo duró el alivio para los pescadores. Centrados como estaban en asegurarse de que la veda no se prolongase más tiempo del preciso ni ocupase más de la superficie de la necesaria, se les pasó por alto una disposición del reglamento que iba a complicarles seriamente la campaña. Y es que la Comisión se aseguró de que, durante los meses de prohibición de captura de cigala, ningún barco pudiese ya no solo trabajar en la zona, sino ni siquiera pasar por allí.

2 comentarios:

  1. un ejemplo claro de barrera....¿absurda?

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  2. abusrda no, absurdisima. é o pero é eles crearon a situación....pobres

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